El hijo de la chingada
Trato
de escribir sin explicación, pero esta lo amerita. Soy un hijo de la chingada.
Cuando opino sobre muchos temas me lo dicen y por otras razones también me lo
han dicho de frente y a mis espaldas, tanto, que me lo creo. Como hijo de la
chingada que soy, traté de reunir todos los argumentos y expresiones que leo y
escucho tanto en las redes sociales como en la televisión y en la prensa, con
el objetivo de entender por qué lo soy y cómo puedo dejar de serlo.
¡Van a matar a Edgar Tamayo! Pinches
gringos ojetes. El pobre Edgar – acusado de matar a un policía – no tuvo un
juicio justo y por eso debe suspenderse su sentencia. Siempre el delito de
Edgar aparece entre rayitas. También hay otro pobre compatriota sentenciado a
muerte por los salvajes e inhumanos gringos. Este pobre hombre mató a un hombre
y violó a su esposa – la del hombre, no la suya – y un juez loco y enfermo de
poder lo condenó a muerte, sin darle chance de que hablara con el consulado de
México. No es posible tanta injusticia. El Consulado podría haberlo ayudado a…
a… Podría haberlo ayudado. Están igual que los pinches franceses que festejaron
cuando injustamente se liberó a Florence Cassez, esa secuestradora asesina y
criminal. Fue liberada sólo porque no le dieron chance de hablar con el
consulado de Francia. No mamen, hablar o no con el consulado no la exime de los
delitos que cometió. Pero la recibieron como si fuera actriz o heroína, pues ni
que fuera Gloria Trevi. Pinches franceses. Pinches gringos. La que tampoco
tiene madre es Lucero. Pinche vieja que se va de cacería. Y dice que le
preocupan los niños. No puedes matar a un animal y preocuparte por los niños. Que
bueno que no va a Viña del Mar. No mames, es como el rey de España. O eres rey
de los gachupines o cazas elefantes, pero no las dos cosas. ¿Y qué pedo con los
pinches toreros y la gentuza criminal y subnormal a la que le gusta el toreo?
Eso no es arte, es un asesinato vil y manchado. La gente decente no asesina ni
mata. Y menos animales. Adopta un perro, no lo compres. Esos pinches perros que
tienen encerrados en las tiendas, déjalos ahí. En esas tiendas los maltratan y
los mantienen en espacios minúsculos. No los compres. Mejor adopta al pobre que
rescatamos y tenemos aquí, bien cuidado y con el espacio suficiente. Deben
respetarse todas las formas de vida. Es más, debería prohibirse que se maten
animales en la ciudad. Eso nos convertiría en una ciudad de vanguardia, como
Barcelona o esas ciudades de Uropa tan Uropeas y progresistas. Y ya entrados en
gastos, que prohiban fumar en la calle y en cualquier lugar público, así como
en California dicen. Pinche PRI que no quiere aprobar que se legalice el
consumo de mariguana. La mariguana no es peor que el alcohol y con el
alcoholímetro hay menos accidentes y se promueve la creación de apps para el
teléfono, así sabes dónde está el retén y no te paran. Claro que si te agarran
pues al Torito y ahí sales con un amparo, porque es ilegal. El pinche niño
verde es un cabrón, mira que sacar un amparo para no ir al Torito. Que poca
madre. Pinches políticos. Pinches gringos. Pinches franceses. Pinche Florence. Pobre Edgar.
Al
parecer, seguiré siendo un hijo de la chingada.