Los toros

No soy fanático de los toros ni nunca lo he sido. Eso sí conozco gente que cada domingo está en la Plaza, algunos que van regularmente, muchos villamelones. Pero la historia de los toros tiene dos caras y afortunadamente también tengo conocidos del lado de los llamados antitaurinos, defensores de los derechos de los animales y personas que simplemente no están de acuerdo con las corridas.


Los de un lado se defienden, los del otro piden prohibirlas. Yo no defiendo a los de ningún lado, pero prohibir me parece una exigencia fuera de lugar. Antes de ir por clavos, martillo y madera, veamos qué es lo que defienden los antitaurinos.

La página www.mexicoantitaurino.org inicia con una invitación a inscribirse a META (México Ético en el trato con los animales) y textualmente dice:

Las plataformas animalistas que incluyen a todos los sectores sociales y se enfocan en un objetivo a conseguir por año, aprovechando a plenitud las posibilidades tecnológicas y por consecuencia la solidaridad internacional, aparecen como el paso obligado para los activistas que buscan resultados y no solo una salida a sus frustraciones.
Después viene más texto que me confunde aún más sobre lo que buscan. Su objetivo no es claro con ese texto que si viniera del PRI o del PRD diríamos proselitista o populista. En resumen, oscuro y rebuscado. Sigo mi lectura y encuentro su página “Quienes Somos”:

México Antitaurino es la unión de personas, tanto físicas como morales, que comparten el objetivo de trabajar específicamente en la erradicación de las corridas de toros, novilladas, pamplonadas y eventos similares, en donde se tortura a bovinos y equinos para la enfermiza diversión de gente inconsciente, y en la mayoría de los casos, alcoholizada.
Correcto. El objetivo ahora está claro: defender a los toritos y a los caballitos de los cavernícolas borrachos que asisten a las corridas. Una serie de afirmaciones sobre quienes disfrutan o asisten a los toros que esperamos esté sustentada científicamente, porque adelante llaman “gente morbosa que disfruta este tipo de brutalidades” a todos aquellos que vayan a los toros y en otro lugar los describen como “borrachos insensibles que solo pueden divertirse con morbo”. Fuerte acusaciones en contra de una multitud de personas que, estoy seguro, no conocen. Pero no juzguemos aún.

Continúan diciendo que contarán “con información de psicólogos y criminólogos sobre las personalidades y patologías de toreros, ganaderos y público asistente”. Siguen las acusaciones contra los taurinos. Por más que busco, no encuentro esa información que prometen. Más adelante describen todo lo que le hacen al toro, con una claridad y minuciosidad que hasta me pareció morbosa.

En su sitio web, plagado de argumentaciones y reflexiones sobre lo sucedido en Cataluña, mencionan una serie de logros y acciones que ha tomado este grupo, entre ellas impulsar un punto de acuerdo en “el Congreso Federal para requerir la salida del aire del programa “Toros y toreros” que se transmite en el canal público ONCE TV, mismo que transgrede derechos del televidente y previsiones de la Ley de Protección a los Animales”.

Resulta irónico que pretendan defender los derechos del televidente mediante la prohibición de este programa. Porque si los derechos del televidente se transgreden con las imágenes que muestran en “Toros y toreros”, no quisiera imaginar lo que dicen respecto de los noticieros donde pasan imágenes de seres humanos (sí, personas) decapitadas, calcinadas, aventadas por un puente o de supuestos dictadores siendo sodomizados por sus captores o la ejecución de un ser humano, en tiempo real (remember Saddam).

Cuando llegué a la parte en “Tú como puedes ayudar” me cayó el veinte. Dice: “Tus donativos los puedes hacer mediante depósito bancario en…”. Ya bailó Bertha.

Si quitáramos las descalificaciones sobre los aficionados a los toros, la psique morbosa y asesina que le imputan a todos los toreros y el impulso cuasi demencial por prohibir todo lo relacionado con la tauromaquia, si quitara yo aquellos apelativos que estas personas le colocan a muchos amigos, entrañables, serios, sobrios, profesionales, quizá podría entender sus razones. Lo que simplemente evita que considere apoyarlos es cuando me piden dinero. En un banco. Quesque lo usarán para playeritas, estampitas y libritos para colorear.

Por el otro lado, los que apoyan y disfrutan de la fiesta brava sólo tratan de defender con argumentos su espacio. No he visto que ataquen con tal encono ni que pidan donativos.

Pero no voy a defender ni una ni otra postura. Lo molesto es el ataque personal de loa antitaurinos hacia las personas que no piensan como ellos. Y parecen no entender razones.

Para la defensa, mejor visiten a Víctor Gordoa, con una clara y contundente argumentación a favor: http://fue.io/yBaHqp.

Mi recomendación hacia los anti, sería que escriban algo así y dejen de llamar borracho, criminal, morboso y demás a los que no piensan como ellos. Así se elevará la calidad del debate y podrán exponer sus razones razonadamente.

Yo, esté o no de acuerdo con los toros, no me inclino por prohibir. Porque si de prohibir cosas y defender a los animales hablamos, vayamos pues prohibiendo la pesca “deportiva”, que igual o más cruelmente mata peces, también la cacería y si no queremos ver brutalidad, olvidémonos del box y de las luchas. Éstas causan más agresividad en los niños que la tauromaquia, se los puede asegurar cualquiera que tenga hijos. Nunca he visto a mis hijos y sobrinos, ni a los de amigos y conocidos, jugar a los toros. Pero a las luchas sí, hasta que sangran.

Pasodoble y vuelta al ruedo. Ahora sí, traigan sus clavos y su martillo.

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