La Rebelión de la H
Mi nombre es H.
Soy la octava letra del alfabeto. También me dicen que soy
la sexta consonante del alfabeto latino básico. Lo que quiera decir eso. Este
día marca el inicio de mi ausencia.
El asunto es que me canse de ser ignorada cuando debo ser
incluida y de ser incluida cuando debo ser ignorada. No más. Estoy decidida a
no participar más en la lengua española y arréglense como puedan. Me voy a
otras lenguas donde me reconozcan, me consientan y quizá me asignen un sonido.
No quiero seguir siendo muda.
Pocos me extrañarán al principio. Los ignorantes podrán
escribir ignorante sin mí y estarán, finalmente, en lo correcto. “A ver que
pasa” dirán otros, pero escribirán “a ver” correctamente y todo el mundo será
feliz.
En lugar de posibilidades, tendrán que referirse a abrir
puertas y encontrar otras oportunidades. Cuba tendrá que cambiar el nombre de
su capital y los puros fabricados en ese lugar dejarán de llamarse como se
llaman.
Al ver a los niños que procrearon con sus parejas, les
llamarán retoños o vástagos, que aunque se oiga feo será lo mejor que podrán
decir, pues yo ya no trabajo para ustedes. Y sus retoños se llamarán unos a
otros “consanguíneos”, causando burlas por usar ese apelativo tan pedante.
La ventaja para todos los que se sientan pasados de peso es
que ya no tendrán esa sensación que los impulsa a comer. Todos serán esbeltos.
Un predicamento aparecerá cuando quieran referirse a una
persona como ser. Será un ser como cualquier otro y perderá lo que lo es ser…
¿imagen y semejanza de su Dios? Pero el problema se reduce con el ateísmo
creciente, por lo que no deben preocuparse.
Quizá se complique un poco al querer diferenciar géneros de
personas. Les quedarán las mujeres y los… ¿varones? Una ventaja que obtendrán
es el final inminente por impedimento de pronunciación de esa conducta por la
que los varones se creen superiores a las mujeres y por lo tanto las maltratan.
Sólo les quedará la virilidad y eso es bueno, creo.
Desayunarán pollo no nato, tendrán flojera o demasiada flojera
y el caviar será caviar solamente y lo que se le parezca pues peces no natos.
Cuando caminen caerán en agujeros y tendrán agujeros en el pantalón o los
calcetines. Si se espantan o están ansiosos se les formará un agujero en el
estómago. En este caso, por ser más larga la palabra, pues quizá se espanten
menos.
Moncayo tendrá que renombrar su famosa obra y ese género
musical estará destinado a desaparecer. Allá se las ingeniarán para inventar
otro nombre.
Cuando estornuden tendrán que idear un nuevo sonido, pues ya
no estaré con ustedes. Igualmente, cuando se enojen, manden a todos a la
fregada o a fregar a su madre porque, lo siento tanto por los mexicanos, tengo
que salirme también de su verbosustantivoadjetivo más usado.
Sus relojes les darán el tiempo y el uso será para referirse
a la acción y efecto de usar. Para referirse al día después de ayer y antes de
mañana, dirán “este día” y quizá les cause alguna confusión al principio, pero
terminarán por acostumbrarse.
Será común ir por un sorbete y cuando se quiera decir que el
frío es intenso, eso deberán decir – qué frío tan intenso – pues lo contrario
de poco será a partir de este día demasiado.
Bien que sé que demasiado no es sinónimo del antónimo de
poco, pero últimamente lo utiliza así la mayoría de la gente y pues no quiero
incomodar. Tomen eso como una sugerencia y yo muda.
Finalmente los tamales tendrán que comerlos siempre con
atole, pues otras bebidas no tendrán nombre o tendrán que inventárselo
nuevamente.
Para todas las palabras en las que les da igual usarme o no
usarme, ni me extrañarán y en las que me extrañen usarán sinónimos o
describirán torpemente lo que quieren decir. Verán que bien se la pasan sin mí.
Los verdaderos problemas comenzarán cuando quieran describir
los elementos que forman el agua. Dirán que son dos moléculas de un elemento y
una de oxígeno. Tampoco existirá la bomba de ese mismo elemento o si existiese,
tendrían que escoger otro elemento con una letra que sí le venga en gana ser
ignorada o cambiada según el gusto de quién la escriba. Les recomiendo la v,
que le viene bien sonar como la b y parece no molestarle tanto.
Total, que me rebelo y me pongo en paro de labores a partir
de este día. Si yo puedo escribirles esta nota sin usarme, seguro que ustedes
ni lo notarán.
¡Poder y sonido para la H!
¡H muda y en paro!
¡H! ¡H! ¡H!