No soy fanático
de los toros ni nunca lo he sido. Eso sí conozco gente que cada domingo está en
la Plaza, algunos que van regularmente, muchos villamelones. Pero la historia
de los toros tiene dos caras y afortunadamente también tengo conocidos del lado
de los llamados antitaurinos, defensores de los derechos de los animales y
personas que simplemente no están de acuerdo con las corridas.